CREAR UN PERSONAJEMuchas veces me han pedido crear un personaje. A veces para un chicle, otras para un muñequito y un par para desarrollar colecciones de libros. Por lo general el personaje cumple algunos requisitos mínimos que el cliente desea y después depende de la sintonía que uno tenga con el producto para conseguir el éxito.
Cuando hago un libro libro de cuentos el personaje nace de un lugar diferente, más relacionado con mis propios deseos, mi interpretación personal de la historia y lo que supongo recibirá el lector para sacar mayor provecho a la historia.
Siempre admiré a los autores como Holly Hobbie, Quentin Blake o Maurice Sendak que consiguen personajes sencillos que perdurarán por siempre. Sin embargo estos protagonistas no surgen de un rapto creativo único sino de varios intentos fallidos. Cuantos más intentos más seguro que aparecerá el personaje correcto.Por lo general el tiempo no existe en el mundo editorial y todos quieren que uno sea un Quentin Blake en siete días, que cobre poco y no se queje.
Cuando Natalia leyó el texto de Giruso en el curso de Istvan (que ese día dictaba Graciela Repún) una neurona rebelde me susurró al oído cada escena y cómo desarrollarla.
Natalia se compadeció de ella y me dio el texto para que realizara con él la entrega final del curso y el resultado fue satisfactorio
(Hay otro ejemplo al comienzo del blog, allá abajo)
Sin embargo la idea de trabajar juntos resultó más que pasajera y decidimos encarar el proyecto como una obra con buenas posibilidades de ser publicada.
El tiempo ha pasado y ayer apareció el estilo indicado, casi seis meses después.
Muchos pensarán que en este tiempo estuve haciendo otras cosas (bueno sí, escribí e ilustré el último libro de los Seres mitológicos, dibujé cuatro novelas con sus tapas para Albatros, escribí un libro sobre dragones, pinté 30 imágenes para Pablo y organicé un libro de dinosaurios- sin descuidar las historietas de Looney Tunes, los libros de Scooby, Jakie Chan y las cosas habituales en mi trabajo en DUENDES DEL SUR) pero también me tomé el tiempo para estudiar al protagonista: Giruso.
Este fue el primer intento. Quise salirme de mi dibujo habitual, evitando la estética clásica con que había encarado el libro originalmente. Este personaje carece casi de coyunturas, es inocente, pero está completamente loco. No da la idea de un príncipe, ni de un muchacho normal que busca el orígen de un ruidito.
Debido al fracaso de otros intentos más creativos decidí trabajar con una idea un poco más estereotipada y pintada en digital. Este personaje es sin dudas uno más de miles que hago habitualmente en historietas, jamás sería un protagonista digno para la historia.
Después de otros mil intentos regresé a mis acuarelas y lápices acuarelables. Un poco más suelto, pero con detalles increíblemente realistas como los zapatos descubrí que había dado casi un giro de 360º para llegar a un estilo similar al primero de todos.
Finalmente un dibujo que me pareció que tenía el balance justo entre inocencia, curiosidad y desición. Más abajo encontrarán la versión en color, quizás la definitiva. Aun así, es seguro que en el libro final cambie un poco más aun con el movimiento, las expresiones y la compsición de la página.Sé que a veces este tiempo no existe, pero sería interesante para ilustradores, escritores y editores, pensar que el tiempo destinado a la elaboración de un proyecto termina dando sus frutos, porque la cabeza del ilustrador sigue funcionando cuando la mano está con un tenedor, un peine o secando la espalda con un toallón, y en esa olla que es el cerebro, a la larga termina macerando un producto interesante, que de seguro será más apreciado por el público y en el que el ilustrador se sentirá más comprometido.